
Ingredientes:
– 7 Ramitas de lavanda fresca o seca.
– 250 ml de aceite de almendras dulces ecológico o, aceite de girasol ecológico o, aceite de coco ecológico o, aceite de oliva virgen ecológico.
– 4 cápsulas de vitamina e (usaremos el aceite del interior) o 0,50gr
– *Opcional: 5 gotas de aceite esencial ecológico de lavanda
Instrucciones:
– Limpia con agua y jabón todos los utensilios que vayas a utilizar incluyendo la superficie de trabajo. Una vez secos, pulverízalos con alcohol de 70⁰ y deja que se evapore el alcohol.
– Lava y seca suavemente y a golpecitos las ramitas de lavanda fresca si es necesario.
– Coloca las ramitas de lavanda en un frasco de vidrio limpio y seco.
– Llena el frasco con el aceite base hasta cubrir completamente las ramitas de lavanda.
– Cierra bien el frasco con una tapa hermética.
– Deja el frasco en un lugar soleado y cálido durante al menos 2 semanas para permitir que el aceite se infunda con el aroma y las propiedades de la lavanda.
– Agita el frasco cada día para ayudar en el proceso de infusión.
– Pasado este tiempo, cuela el aceite de lavanda a través de un colador fino o un paño de muselina para eliminar las ramitas y cualquier residuo de lavanda.
– Añade la vitamina E; si utilizas cápsulas, pinchalas y exprime el aceite que llevan dentro, deshecha las cápsulas.
– *Opcional: añade las 5 gotas de aceite esencial ecológico de lavanda.
– Agita el contenido.
– Cierra bien el bote.
– Almacena el aceite de lavanda en un lugar fresco y oscuro.
¡Y eso es todo!
Ahora tienes un aceite de lavanda casero que puedes usar para masajes, aromaterapia, cuidado de la piel, baños relajantes y más.
Propiedades de este aceite de lavanda.
El aceite de lavanda es conocido por sus diversas propiedades beneficiosas para la salud y el bienestar.
Aquí tienes algunas de las propiedades más destacadas del aceite de lavanda:
1. Relajante: El aroma suave y floral del aceite de lavanda tiene propiedades relajantes que pueden ayudar a reducir el estrés, la ansiedad y promover la relajación mental y física.
2. Calmante: El aceite de lavanda tiene propiedades calmantes que pueden ayudar a aliviar la irritación y la inflamación en la piel, así como también calmar los músculos y los nervios.
3. Antiséptico: El aceite de lavanda tiene propiedades antisépticas y antibacterianas que pueden ayudar a limpiar y desinfectar heridas menores, cortes y abrasiones, previniendo así la infección.
4. Cicatrizante: El aceite de lavanda puede ayudar a promover la cicatrización de la piel al estimular la regeneración celular y reducir la apariencia de cicatrices y marcas.
5. Antiinflamatorio: El aceite de lavanda tiene propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a reducir la inflamación y el enrojecimiento en la piel, así como también aliviar la hinchazón y el dolor.
6. Antioxidante: El aceite de lavanda contiene compuestos antioxidantes que pueden ayudar a proteger la piel del daño causado por los radicales libres, previniendo así el envejecimiento prematuro y promoviendo una piel más saludable y radiante.
7. Antiespasmódico: El aceite de lavanda tiene propiedades antiespasmódicas que pueden ayudar a aliviar los calambres musculares, el dolor menstrual y otros tipos de espasmos musculares.
Estas son solo algunas de las propiedades del aceite de lavanda que lo hacen tan popular en la aromaterapia, la cosmética natural y el cuidado personal.
¡Disfruta de los beneficios relajantes y aromáticos de tu aceite de lavanda hecho en casa!
